Por STEVEN FORTI
¿Cuántas veces nos hemos hecho la pregunta que titula esta presentación del dossier La izquierda en el sur de Europa? Muchas. Demasiadas, probablemente. No conseguimos salir de lo que parece un bucle, ni más ni menos. La izquierda, muchas veces reñida o dividida, llega siempre tarde a la estación, cuando el tren ya ha cerrado sus puertas y ha salido rumbo a la próxima ciudad. Se queda con cara de póker, empieza a discutir, pierde el tiempo e intenta buscar a última hora una solución alternativa para salvar los muebles. Un bus, el coche de un amigo, haciendo autostop, lo que sea. A veces llega, así, a la siguiente ciudad, pero en el camino pierde alguna pieza.
Valga esta metáfora para explicar lo que es la izquierda europea en los tiempos líquidos que nos toca vivir. Una izquierda que persigue a los demás y que no consigue nunca, o casi nunca, escaparse en una fuga y hacer que sean los demás quienes la persigan, para utilizar otra metáfora, esta vez ciclística. Son los otros los que marcan el tiempo y quienes tienen la iniciativa, aunque esta sea sólo retórica. La iniciativa, además, nadie la tiene hoy en día. Que se lo expliquen a los partidos tradicionales que viven la mayor crisis de su historia y que, en muchos casos, corren el riesgo de desaparecer. No obstante, la izquierda va siempre por detrás, incapaz de repensarse al cien por cien tras la conclusión del siglo breve, combatiendo entre su alma reformista y revolucionaria, destrozada por sus cansinas peleas internas, en apuros por los cambios tecnológicos que afectan a las sociedades y al mundo del trabajo.
Sin embargo, ¿es realmente así? ¿No es quizás que acostumbrados a tantas derrotas nos queremos autoconvencer de que las cosas están así y que, para utilizar una fórmula ya tristemente famosa, no hay alternativas? ¿No nos estamos construyendo una determinada visión de lo que es la izquierda? Una izquierda derrotada. Siempre. Nos quejamos de las derrotas, pero al final parece que gozamos de ellas. Beautiful loser, como escribió Leonard Cohen. Porque perder, al fin y al cabo, fascina.
Es cierto que en muchos casos, las cosas están realmente así. Sin más. Piénsese en el caso de Italia donde la desmembración de la antaño poderosa izquierda parece no tener fin, mientras el país transalpino está gobernado por una extraña e inesperada coalición nacional-populista. Tabula rasa. Pero es cierto también que hay escenarios distintos. Piénsese en el caso de Portugal, donde, tras la intervención de la troika, los socialistas gobiernan gracias a una alianza con los comunistas y el Bloco de Esquerda. El modelo portugués, lo han llamado.
El panorama es complejo. Las visiones reduccionistas no permiten apreciar los matices que a veces son fundamentales. Por esto, hemos querido dedicar el monográfico de este número de Pasos a la Izquierda a las izquierdas en el sur del Viejo Continente cuando faltan tres meses a unas elecciones europeas que todo el mundo considera las más importantes de la historia de la Unión. Más concretamente, lo que planteamos a los autores de los diferentes artículosera una explicación de cómo llegan las izquierdas de cada país a la cita electoral de mayo, qué hicieron en el último lustro, qué debates se están dando, qué posición tienen sobre el proyecto comunitario. ¿El sur como esperanza? ¿El sur como modelo? ¿El sur como fracaso? ¿El sur como anomalía? ¿El sur como metáfora? Cada uno puede interpretarlo como mejor crea. Los artículos que se presentan a continuación contienen elementos que permiten contestar afirmativamente a cada una de estas preguntas.
Albert Recio reflexiona sobre las “viejas” y las “nuevas” izquierdas en el enredado contexto español. De fondo, la Gran Recesión, la crisis catalana y las elecciones anticipadas del próximo 28 de abril. El autor pone las luces largas: hay oportunidades y debilidades, nos dice. España como posibilidad, en suma.
Goffredo Adinolfi nos explica la aventura gubernamental de António Costa en Lisboa, el pragmatismo de las izquierdas lusitanas que ha permitido en 2015 la formación de un gobierno que se ha convertido en una referencia para muchos en Europa. Luces y sombras, evidentemente, comparten protagonismo en una izquierda que no ha tenido miedo en asumir los riesgos de gobernar. Portugal como posible modelo.
Hara Kouki analiza la situación griega a partir del año que lo cambió todo. Ese 2015 marcado por la victoria electoral de Syriza en enero, el referéndum del verano que dejó en vilo a todo el continente y la firma del nuevo memorándumpor parte de Alexis Tsipras pocos días después. A partir de aquel entonces el país helénico desapareció de los radares, pero el gobierno de Syriza siguió adelante entre las críticas de traición de una parte no desdeñable de la izquierda europea. ¿Grecia como derrota o como mal menor?
Giacomo Russo Spena y Matteo Pucciarelli nos ofrecen una visión a largo plazo del fracaso de la izquierda italiana, entre las dos décadas berlusconianas, el giro centrista del Partido Demócrata, el populismo gubernamental de Matteo Renzi, las continuas escisiones del mundo post-comunista, la aparición de un objeto político no identificado como el Movimiento 5 Estrellas y el auge de la extrema derecha. Italia como fracaso, sin duda.
Marthe Corpet se adentra en el mundo de la izquierda francesa entre el quinquenio de Hollande y sus consecuencias: la disgregación del poderoso Partido Socialista, el intento de refundación de Hamon, el proyecto de la Francia Insumisa de Mélenchon, las protestas de los chalecos amarillos. De fondo la constante “amenaza” del lepenismo y la realidad del bonapartismo macroniano. Una izquierda hundida y huérfana, nos explica la autora. Francia como dilema.
Finalmente, Carlos González Villa reconstruye la historia de Levica, la nueva izquierda eslovena, nacida en el medio de la crisis económica mirando al modelo de Syriza. Un proyecto interesante y sobre todo poco conocido por estos lares. Un proyecto que se mueve en un contexto político complejo, marcado por los partidos personalistas, el populismo nacionalista y la influencia de la Hungría de Orbán. Eslovenia como novedad, quizás.
Hay motivos para reflexionar, sin duda alguna. Las preguntas que podríamos tener inicialmente quedarán posiblemente sin respuestas al final de la lectura de estos artículos. O, más probablemente, a esas preguntas se habrán sumado otras. Más motivos para reflexionar. Más motivos para seguir dando pasos… a la izquierda. Esto es, al fin y al cabo, lo que desde estas páginasesperamos. Buena lectura.
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Steven Forti. Profesor asociado en Historia Contemporánea en la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del Instituto de Historia Contemporánea de la Universidade Nova de Lisboa. Sus más recientes publicaciones son El proceso separatista en Cataluña. Análisis de un pasado reciente (2006-2017) (junto a A. Gonzàlez i Vilalta y E. Ucelay-Da Cal; Comares, 2017) y Ada Colau, la città in comune. Da occupante di case a sindaca di Barcellona (junto a G. Russo Spena; Alegre, 2016).