Comienza Pasos 31 con la tradicional sección dedicada al Trabajo. Aquí Mario Amadas, este joven autor de novelas, que sufre en su día a día la precariedad laboral, nos muestra la futilidad de una jerarquía empresarial necesitada de continuo de mostrar sus prerrogativas y privilegios. Entre los especialistas de relaciones laborales la cuestión del control sobre el trabajo es una de las áreas clave de estudio y reflexión, sin embargo, el autor es capaz de presentar una perspectiva original que combina la visión objetiva, del observador ‘científico’ externo, junto a la visión subjetiva de quién experimenta las consecuencias de la excesiva estructura de control construida en las organizaciones; un armazón construido sobre el barro y el humo. Los relatos bien narrados son capaces de transmitir emociones y nos permiten comprender mejor la realidad. Finalmente, Amadas invita a los trabajadores a tomar el control.
Guy Carassus presenta una reseña de un libro sobre el trabajo y la libertad, aunque al mismo tiempo que nos invita de manera irresistible a su lectura, realiza un ejercicio profundo de la relación entre trabajo (s) y libertad (es). Retengamos que para el autor “las cuestiones en torno al trabajo -y no sólo al empleo- vuelven al centro de los debates sociales”. Por ello remarca que el texto reseñado sitúa el trabajo entre la emancipación y la servidumbre en sus diferentes niveles de relato y experimentación (macro, meso y micro). También subraya la influencia de la obra de Marx que permite comprender el trabajo en tanto que actividad, mediación, objetivación y objeto de apropiación y alienación. Importante para Carassus: el desfase entre trabajo prescrito por la jerarquía de la empresa y el trabajo real desarrollado por el asalariado. Ahí, hay espacio para el control de los trabajadores (lo que conecta con el artículo de Amadas) y un primer síntoma de posibilidad de acción autónoma y emancipación: “Que sean los que trabajan los que deciden”.
De nuevo contamos con una selección de una de las obras de Danièle Linhart, Travailler sans les autres?, en la que expone cómo la supuesta modernización y uso de nuevas tecnologías no es más que ambición de control e intensificación del trabajo. Para que los trabajadores acepten esto y se comprometan se emplean técnicas de terror psicológico: primero se despide a todos y luego se les vuelve a contratar si aceptan las nuevas condiciones. El salario del miedo dice la autora. No es sólo la intensificación, sino el frío que produce saber de la extensión del desempleo y la precariedad. Se implementa un taylorismo sofisticado que aparenta que a la empresa le importa el bienestar del asalariado o del subcontratado; pero taylorismo resistente, al fin y al cabo. Adaptación y flexibilidad en los trabajos, en los ritmos, en los horarios, en los salarios, sin contrapartidas aparte de la amenaza y el miedo, ¿dónde está el progreso? Las nuevas técnicas consiguen dividir a los trabajadores y romper la solidaridad o la ayuda mutua, en un horizonte individualizador y competitivo, de evaluación continua donde la calidad se valora por la cantidad, ¡qué contrasentido! La autora recuerda las palabras de Bourdieu: “lo que hace funcionar al sistema es la ignorancia colectiva”.
Finalmente en este apartado Jorge Afarian, reflexiona en torno a las plataformas digitales introduciendo algunos conceptos no tan utilizados como ludificación o el anglicismo gamificación. La nueva gestión empresarial, acelera implantando normas y conceptos que son eufemismos en sí mismo; de hecho hace un tiempo que también se habla en la universidad de introducir en la docencia las ‘técnicas’ relacionadas con el juego. No a las clases aburridas, no a los trabajos monótonos, dependientes, insatisfactorios. Introducimos nuevas tecnologías, algoritmos y ‘jugamos’. Naturalmente en las pantallas de la aplicación juega quién controla el algoritmo, mientras explota cuantitativamente a sus trabajadores y previsiblemente comercia con los datos de sus clientes. Como dice el autor, técnicas que deshumanizan a las personas trabajadoras y a sus trabajos. Mientras se extienden los trabajos basura (precarios) y los trabajos de mierda (desmotivadores).
La sección de movimientos sociales se enriquece con la aportación de Guy Groux que, muy amablemente, ha elaborado una explicación sobre el movimiento social francés desencadenado por la nueva reforma de las pensiones de Macron en el primer semestre de 2023. En ella contextualiza tanto la lucha por las pensiones y la protección social desde 1995 y el papel de los sindicatos, en relación con los cambios e iniciativas políticas en el país. Para el lector español puede sorprender un movimiento tan amplio y sostenido por elevar la edad de la jubilación de los 62 a los 64 años; sin embargo, nos dice el autor que en Francia la jubilación a los 60 años tiene un alto valor político, ya que fue promulgada por la izquierda en los años 1980; asimismo el rechazo a esta medida es casi unánime en el conjunto de la población. Importante también el énfasis en la transformación de una crisis social en una crisis política. Sin embargo, se señalan algunos límites de los movimientos y, en especial, de los sindicatos a pesar de la unidad de acción. Esto sirve al autor para formular dudas sobre la estrategia de huelga, mientras las movilizaciones en la calle recogen el testigo, mostrando la necesidad de una renovación sindical.
Sylvie Ollitrault envía un interesante y provocador artículo centrado en la ola de protestas ecologistas a partir del verano canicular de 2022, haciendo hincapié en la participación de los jóvenes que expresaron su rabia e indignación mediante acciones directas no violentas. Tras los confinamientos y la dificultad de socialización esos jóvenes mostraron su preocupación por el futuro que les tocará vivir. El camino elegido es el de la desobediencia civil, que gira íntegramente en torno a la crisis climática. Por ello Ollitrault abunda en la necesidad de ampliar alianzas con otros movimientos sociales, desde las personas preocupadas por la crisis económica y social, por el feminismo, el racismo, o la expresión sexual. Para la autora es fundamental convencer a la opinión pública y movilizarse no sólo por aquello que identifica en exclusiva a unos y otros grupos, sino por un escenario más amplio de transformación social.
Otra sección tradicional es la dedicada a los sindicatos. Destaca en ella Chiao-In-Chen, autora que contribuye a este número mediante una interesante introducción a las luchas laborales en uno de los tigres asiáticos, Taiwán. Un país básico en la cadena de suministros de dispositivos para la construcción de aparatos de tecnología digital. Tras una breve introducción a la formación del país, la autora nos sitúa en la década de los 80 en los que el movimiento obrero y el ecologista iniciaron sus batallas por los derechos de los trabajadores y por la denuncia de la contaminación; mientras las corporaciones multinacionales occidentales contribuyen a la explotación. Destaca la mentalidad antisindical de los empresarios taiwaneses que obvia los derechos de los trabajadores y los mantiene en lamentables condiciones precarias tanto laborales, como vitales. Las iniciativas alternativas por la democratización también son de interés, al señalar la autora el surgimiento de nuevos núcleos activistas ajenos a la cultura sindical.
Leo Casey, nos recuerda no sólo la ya clásica división del poder de los trabajadores y sus sindicatos entre poder estructural (en referencia a la cualificación y capacidad de control de los asalariados) y poder asociativo (derivado de la capacidad de negociación y movilización de las organizaciones sindicales), sino además la importancia de la solidaridad. Un valor que no viene dado, sino que requiere una acción específica basada en la confianza y el propósito común. En la etapa del sindicalismo industrial el conflicto entre capital y trabajo tenía dos protagonistas que se enfrentaban mediante la dinámica de acuerdo y negociación o conflicto y movilización. Especialmente se remarca en el artículo la capacidad disruptiva de la huelga sobre la economía. Así los sindicatos adquirieron una gran fuerza afiliativa que utilizaron para mejorar las condiciones de trabajo y las condiciones de vida (welfare). La ofensiva neoliberal y la desindustrialización cambiaron el panorama; en la sociedad de servicios, las dinámicas de la relación laboral ya no sólo dependen de los agentes (trabajadores, empresarios, Estado), sino también de esos mismos protagonistas en su papel de consumidores o usuarios, en una época en la que el trabajo y la mercantilización ha penetrado en la vida cotidiana y los hogares. Por ello, subraya Casey la estrategia es un elemento fundamental y, por ello, las campañas de movilización se han de basar en el apoyo de la comunidad y el empleo de la influencia política, sobre la base de una “negociación por el bien común”.
Pere Jódar y Javier Tébar, a raíz de la lectura de unos autores franceses que han practicado un intenso trabajo de campo entre militantes comunistas y sindicales, se aventuran a reflexionar sobre la tarea del responsable sindical. Siendo coherentes con la finalidad de Pasos a la izquierda, a medio camino de la reflexión académica y la divulgación, añaden a la mención de explicaciones y teorías de autores académicos, consideraciones derivadas de su propia experiencia sindical. El artículo forma parte de un proyecto más ambicioso y, por tanto, no es un razonamiento acabado. Sin embargo, es una manera de despedirnos de la edición de Pasos a la Izquierda celebrando el tiempo dedicado y la colaboración recibida.
La sección política arranca con el artículo de Antonio Martin Artiles dedicado a reflexionar sobre la crisis de la democracia, manifestada en el crecimiento de la extrema derecha en diversos países europeos; quizás, como en períodos anteriores, debido a la intensa mercantilización que se ha extendido a nivel mundial, generando desigualdad y problemas sociales. Una breve reflexión teórica le sirve para presentar tres criterios de identificación de los partidos de extrema derecha: espacial, ideológico y antisistema. A partir de aquí sitúa el contexto que genera insatisfacción con la democracia, favoreciendo el surgimiento de tendencias autoritarias que el autor sitúa en el caso español y en Vox, partido que se basa en políticas anti-inmigratorias y de identidad nacional. Martin Artiles acompaña sus argumentos con datos extraídos de la Encuesta Social Europea: satisfacción de la población con la economía, la democracia y el gobierno; confianza en el parlamento y los partidos políticos; tipo de gobierno preferido; y actitudes ante la inmigración. Finalmente traza un perfil del votante de Vox a partir del Barómetro del CIS, contrastándolo con el de otros partidos políticos del espectro parlamentario.
También nos ha resultado de interés reproducir el artículo de Tarso Genro, en el que reflexiona sobre un tema de profundidad indudable: reforma, revolución, barbarie. Recordemos a Rosa Luxemburgo, a Antonio Gramsci, víctimas de la intolerancia. Los energúmenos del fascismo en la retaguardia de los que se enriquecen y dominan sin frenos morales y, menos aún, políticos. Frente a ello la posibilidad de expansión democrática en el Cono Sur; el ejemplo de Lula y su estrategia política: dignidad nacional, lucha contra el hambre, marco fiscal adecuado. El autor pone énfasis en la necesidad de que la izquierda aporte también una visión sobre la seguridad pública. El fracaso del neoliberalismo se alimenta mediante la ficción de la libertad (del privilegio), mientras la extrema derecha agita el fantasma del miedo y el desorden, en una sociedad castigada por décadas de políticas mercantilizadoras generadoras de desigualdad y pobreza. Frente a ello la necesidad de un Estado que señale “las «desigualdades máximas aceptables» en una sociedad civilizada, así como las «igualdades mínimas». Una llamada a “la utopía democrática”.
Finaliza la sección de política Pere J. Beneyto. Para ello agrupamos aquí dos de sus últimos artículos que presentan con argumentos y datos la importancia de la acción del gobierno de coalición. Después de años de austeridad y empobrecimiento para la ciudadanía y de corrupción y enriquecimiento fácil para los poderosos y corifeos, ha sido de suma importancia la agenda social y laboral desarrollada por la izquierda, así como los avances en derechos civiles. Sabe a poco y se necesita mucho más, pero se ha corregido la penosa acción de gobierno de la derecha, teniendo en cuenta que las circunstancias tampoco han sido las más favorables. Subrayemos una de las frases del autor: “se trata, en definitiva, de potenciar la centralidad del trabajo en el debate público” y preguntémonos si esta derecha y estas élites que sufrimos estarían interesadas en ello o, por el contrario, suspiran por continuar con la degradación del trabajo y de los trabajadores, en esta espiral de ambición y avaricia en la que se han instalado.
En la sección internacional, con un estilo periodístico informado y riguroso, que invita a la reflexión, y desde las páginas de Jacobin, Branko Marcetic presenta la intención de expandir de una u otra forma la OTAN hacia Asia y el Pacífico. Con fina ironía y referencias ajustadas presenta los problemas de esta expansión que hace feliz a la industria armamentística y a algunos políticos sin memoria, mientras crece la preocupación entre la ciudadanía, ya no sólo de esos países. Tras las justificaciones, la crítica al fariseísmo que distingue entre autocracias malas (China) y autocracias buenas (Taiwán).
Por último, la tradicional sección de fotografías seleccionadas y presentadas con criterio y saber hacer por Enric Berenguer. En esta ocasión una magnífica selección de fotógrafos que han influido en la fotografía artística actual, de la que tuvimos una muestra en el número anterior. Aquí más que nunca una imagen vale más que mil palabras: difícilmente dejan indiferentes al espectador.