Por MARTÍ MARÍN CORBERA
Angelina Puig i Valls y Teresa M. Ortega López. Andalucía y Catalunya: Dictadura y emigración. Edicions Bellaterra, Barcelona, 2020, 401 páginas
La presente publicación nos ofrecen un libro doble o, tal vez sea mejor decir, dos libros a la vez. Se trata de un meritorio intento de conectar un trabajo sobre la posguerra granadina, realizado por Teresa M.Ortega López, con un análisis local de sus consecuencias a medio plazo, unas consecuencias que acabaron por conducir al barrio de Torre-romeu, Sabadell -Barcelona- a una proporción elevada de vecinos de Pedro Martínez -Granada- (Puig i Valls). Cada una, por su cuenta, disponía del material para publicar un libro aparte, pero han optado por diversas razones por yuxtaponer versiones más cortas de lo que podían habernos ofrecido (especialmente en el caso de Puig i Valls, el origen de cuyo texto se encuentra en una lejana tesis doctoral que seguía inédita y que sólo algunos especialistas habíamos llegado a apreciar en lo que realmente vale). El resultado es algo ciertamente poco frecuente: conectar el punto de partida y el punto de llegada de un proceso migratorio y explorar sus conexiones. Bienvenido el intento porque de otra manera quizás nunca ni el público catalán, ni el andaluz, ni ningún otro, hubieran accedido a dos obras de este género por separado y el esfuerzo de leerlas en conexión vale, ciertamente, la pena.
Teresa M. Ortega, en la línea de otros trabajos suyos sobre Andalucía Oriental -publicados en ocasiones junto a Francisco Cobo Romero-, nos ofrece un análisis pormenorizado de la posguerra granadina desde un punto de vista político y económico, con un vaciado sistemático de los periódicos y boletines locales y provinciales de referencia para el período, enriquecido por documentación tanto local, como provincial recogida de los archivos centrales del Estado. El resultado es una monografía provincial sistemática que -desgraciadamente- al contar con tan sólo algo menos de ciento cincuenta páginas ha tenido que prescindir de parte del trabajo comparativo que hubiera sido de desear. La autora efectúa escrupulosamente ese trabajo comparativo para otros casos andaluces, pero renuncia a hacerlo con otros puntos de la geografía española y al lector no especialista le podría quedar la duda de si esa posguerra es específicamente andaluza o la expresión de un fenómeno más amplio -como resulta, de hecho. Este lector hubiera deseado que se aprovechara la ocasión para comparar específicamente con la catalana, dado que ello era especialmente oportuno, pero no ha podido ser.
Su buen hacer para lo que sí ha podido desarrollar no es noticia para quienes ya hemos leído algunos de sus anteriores trabajos: minuciosidad en el dato, narración bien hilvanada y buen conocimiento de la bibliografía necesaria. Este lector -a causa de su dedicación al tema- le agradece especialmente su explicación de un fenómeno poco conocido y poco tratado: la deportación de refugiados y emigrantes llegados a Granada durante la guerra y la más inmediata posguerra hacia sus puntos de origen en Almería y Murcia en 1941 (p.120), algo practicado también en Cataluña, como explicaron en su momento Imma Boj y Jaume Vallès Aroca en diversas publicaciones (L’Avenç, núm.298, 2005; M.Marín, coord., Memòries del viatge (1940-1975), 2009 y Andalucía en la historia, núm.28, 2010). Por el mismo motivo, este lector no puede sino animar a profundizar en ese tipo de políticas represivas sobre refugiados y emigrantes -difíciles de separar si es tiene sentido hacerlo en las circunstancias de la posguerra- y a estar atentos a la próxima presentación de la tesis doctoral en curso de Miguel Díaz sobre las migraciones interiores de posguerra: el panorama resultante va a ser notablemente novedoso, como ya apuntaban los indicios dispersos de los últimos años.
Angelina Puig -como aclara la introducción- revisita su añeja e inédita tesis doctoral sobre la emigración de Pedro Martínez a Sabadell, para lo que recibe las precisiones contextuales que le brinda el trabajo de su predecesora. Con su estilo habitual -interrumpido por los largos años de dedicación a otras tareas profesionales-, la autora nos ofrece un cuadro vívido de la experiencia de los emigrantes, más allá del periplo migratorio, desde su origen. Así puede dar cuenta al lector de algo que parece ausente del habitual relato migratorio: del pasado del los emigrantes antes de convertirse en tales. Y ello es especialmente importante porque entendiendo las circunstancias vitales de los individuos tratados -el trabajo se basa en veintiuna entrevistas en profundidad, además de en el habitual material de archivo- se comprenden mucho mejor las decisiones que tomaron. Demasiadas veces se da de los emigrantes una descripción banal que los convierte en sujetos pasivos de situaciones económicas adversas y marionetas de quienes les llevan de un lado a otro -las consabidas mafias, las no menos “conocidas” redes patronales-, por lo que parecen no gozar de voluntad propia. Nada más lejos de la realidad: la emigración es una decisión consciente, ni todo aquel que sufre la adversidad económica emigra, ni deja que nadie decida su lugar de destino por él. El resultado nos lleva a entender que no sólo fueron el hambre y las privaciones, sino las circunstancias políticas (ya dibujadas en el texto de Teresa M. Ortega) las que influyeron en la toma de decisiones.
Relevante resulta, de igual manera, el tipo de reflexiones que la autora apunta sobre el efecto generacional en las migraciones y sobre los niveles de éxito de sus periplos urbanos -vivienda, trabajo, relaciones sociales- a la hora de introducir la cuestión de la satisfacción (o insatisfacción) relativa que manifiestan los protagonistas de la aventura (que ciertamente lo fue). Puede servir de aviso a cualquier investigador sobre el tema para acogerse al medio o largo período (a la manera del Maurizio Gribaudi de Mondo operaio e mito operaio: Spazi e percorsi sociali a Torino nel primo Novecento (Einaudi, 1987) a la hora de efectuar valoraciones. Porque la satisfacción de los deseos y las ilusiones de buena parte de los y las emigrantes sólo llegan a cumplirse en sus hijos e hijas.
Como especialista tanto en el desarrollo territorial de la dominación franquista, como en migraciones interiores, el autor de estas líneas hubiese querido más -es lo que suele suceder cuando uno se acerca a un buen trabajo (dos en este caso). Hubiera querido ver cifras mas completas y sistemáticas del periplo migratorio para comprobar hasta qué punto se puede seguir sosteniendo que se inició en los años cincuenta y no en los cuarenta -como defiendo desde hace algunos años- aunque las cifras posteriores superaran a las anteriores. Me hubiera gustado encontrar -como ya se ha mencionado- algo relativo a la posguerra catalana para eliminar la (falsa) impresión que puede llevar a algún lector a pensar que fue menos cruda que la andaluza y que por eso recibió población en lugar de expulsarla. Hubiera querido, en definitiva, algunas informaciones y precisiones más que hubieran significado otro centenar de páginas más, como mínimo. Supongo que eso es demasiado pedir a una editorial que ya ha aceptado publicar cuatrocientas con lo tiempos que corren, pero…
Lamentablemente tengo que hacerme eco de algunos problemas de presentación que no quitan un ápice de mérito al trabajo efectuado, pero afean algo la edición y vale la pena mencionarlos para ver si en otras ocasiones es posible tenerlos en cuenta, sin ceder a las (siempre presentes) prisas. Son fundamentalmente dos. En primer lugar el hecho de que la bibliografía final, que debería de aunar las utilizadas por ambas autoras, parece que no ha sido revisada adecuadamente porque las lagunas son notorias por lo que respecta a la bibliografía de la segunda parte de la obra, donde además las referencias son casi siempre en texto, no al pie, y por lo tanto no ofrecen el título de la publicación que se cita. Será, ciertamente una incomodidad para el lector interesado en seguir las pistas que el libro ofrece, especialmente si está empezando con el tema pero pretende seguir en él. En segundo lugar está la cuestión de la vinculación entre ambas partes de la obra: la introducción lo pretende, con las mejores intenciones, pero no lo logra completamente porque el lector aun no conoce lo que le va a ser presentado. Unas conclusiones redactadas a cuatro manos habrían sido ideales para no dejar implícitas demasiadas cuestiones que nos llevan de un texto al otro pero que jamás se explicitan. En cualquier caso, pecata minuta por lo que se refiere al interés del libro y al trabajo (por separado) de cada una de las autoras: tampoco tenían tantos ejemplos en los que inspirarse.
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Martí Marín Corbera. Profesor Titular del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UAB. Director del Centre d’Estudis sobre Dictadures i Democràcies (CEDID). Autor de Els Ajuntaments Franquistes a Catalunya. Política i administració municipal, 1938-1979, 2000; Catalanisme, clientelisme i franquisme. Josep Maria de Porcioles, 2005; Història del Franquisme a Catalunya, 2006 y co-autor de Gobernadores. Barcelona en la España Franquista (1939-1977), 2015.