Por Guillermo Martín
Don McCullin. Vietnam
Fonsi Loaiza nos presenta un gran trabajo de investigación sobre los entresijos que hay detrás de la figura de Florentino Pérez, que a su vez son en buena medida los cimientos bajo los que se sustentan el capitalismo rentista español, cuya base material descansa en la corrupción estructural de la dictadura franquista y el desarrollismo tecnocrático del tardofranquismo.
Fútbol, ladrillo y construcción forman el entramado perfecto de un tipo que vende una imagen de hombre hecho así mismo, cuyo patrimonio ha sido labrado a base de esfuerzo y sudor. Nada más lejos de la realidad.
Loaiza es doctor en medios, cultura y comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona. Habitual columnista en El País, CTXT o Sport, publicó en 2019 Deporte femenino y medios de comunicación (Piedra Papel Libros, 2019). El poder del palco es su segundo libro, que va camino de la cuarta edición, y que no dejará indiferente a nadie.
Antes de su llegada a la presidencia del Real Madrid en el 2000, las andaduras de Florentino Pérez en el mundo de la escena pública comenzaron bajo el paraguas de la larga noche del franquismo. Licenciado en ingeniería de caminos en 1971, dos años después es nombrado director de la Agencia Española de la Carretera por el franquista Juan de Arespacochaga, que también lo designará como delegado de saneamiento y medio ambiente del ayuntamiento de Madrid, cargo que ocupará de 1976 a 1979.
Hará también sus pinitos en la política de partidos, primero de la mano de la UCD, llegando a ser concejal del ayuntamiento de Madrid y ocupando cargos de carácter estatal vinculados al ministerio de Industria. Tras la desaparición de la UCD, impulsará junto a Miquel Roca el Partido Reformista Democrático en 1983, en el mismo año que adquirirá Construcciones Padrós por una peseta la acción, empresa vinculada al caso Banca Catalana. Tras el fracaso estrepitoso del proyecto de centro liberal, se dedicará de pleno al mundo de los negocios, siendo arropado por Jesús Gil y Gil – ese cruce entre Donald Trump y José Luis Torrente -, hasta que en 1995 se presenta por primera vez a las elecciones para presidir el Real Madrid y pierde ante Lorenzo Sanz.
Cinco años después se presenta de nuevo y gana las elecciones con la promesa de fichar a Luis Figo, que cumplirá gracias a un adelanto que Miguel Blesa proporciona mediante un préstamo bancario de 72 millones de euros cuyo origen provenía de una empresa fantasma creada el día anterior a la ejecución del fichaje del jugador luso. A cambio de esto, en 2003 Blesa pasa a ser consejero de ACS, antes de su caída en desgracia tras el saqueo de Caja Madrid y su posterior suicidio.
Hasta el 2006 presidirá el Real Madrid y construirá su proyecto de jugadores galácticos, que terminará fracasando tras la destitución de Vicente Del Bosque, después de que este hubiese ganado dos Champions y una Liga. Y es que el talante y la humildad del entrenador salmantino eran incompatibles con un proyecto megalómano que contemplaba el fútbol como mera fuente de negocios y especulación.
Florentino se presenta de nuevo a las elecciones del club en 2009, revalidando el cargo, y prometiendo el fichaje de Kaká y Cristiano Ronaldo. Estos jugadores se sufragarían mediante el crédito de 76’5 millones de euros concedido por Bankia, junto a un préstamo de ACS solicitado a las autoridades del BCE; es decir, demandando liquidez en plena crisis económica, mientras desahuciaban a miles de familias que habían sido víctimas de la estafa bancaria. Dicho de otra manera, los fichajes de estos futbolistas fueron pagados por el erario público tras el rescate bancario (siuuuuuuh!!).
Pero detengámonos un momento, la escalada de Florentino Pérez a la cima del club merengue no hubiera sido posible sin la red de contactos establecida durante su etapa en la política, en la que ocuparía como señalé anteriormente distintos cargos. De hecho, su entrada en el ministerio de Industria sería de la mano del ministro de aquel entonces, Carlos Bustelo García del Real, político ubicado en el espectro más reaccionario de la UCD, de AP y del PP, y que actualmente es uno de los intelectuales de Vox que forma parte de la Fundación Disenso. Bustelo además medró, presionado por Florentino Pérez y Amancio Ortega, para que el partido ultra se abstuviese en la votación del primer tramo de los fondos europeos en el Congreso y así pudieran aprobarse, en febrero del año pasado. Y es que de ello dependían inyecciones de capital millonarias para empresas de estos dos emprendedores del capitalismo patrio.
De la operación Roca, aunque políticamente salió mal parado, a nivel empresarial consiguió multiplicar los contactos y los negocios, en buena medida gracias al auge de CiU y a la consolidación del mite i màrtir fundacional del nacionalismo catalán Jordi Pujol i Soley. El modelo business frendly del oasis tangencial catalán fue su mecedora y modelo empresarial a seguir. No hace falta irnos muy lejos, tanto Francisco Correa como Luis Bárcenas acusaron a la empresa ACS de hacer donaciones al Partido Popular a cambio de contratos de obra pública y comisiones. Nada nuevo bajo el sol.
De la misma forma la recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva – regalados por Franco al Real Madrid en 1960 -, en motivo del centenario del Madrid en el 2002, es otro ejemplo de cómo gestiona Florentino Pérez el mundo de los negocios. Con la connivencia indispensable del poder político y sus brazos mediáticos. Desde el PP, pasando por Izquierda Unida de la mano de Ángel Pérez, CCOO, UGT, a excepción del grupo municipal socialista dirigido por Matilde Fernández, todos avalaron dicho pelotazo, que supuso valorar en 500 millones de euros unos terrenos que costaron 30.000 euros en su momento.
Matilde Fernández recibió todo tipo de presiones, tanto por parte de su propio partido como de Florentino Pérez y sus portavoces del grupo PRISA, siendo vetada de la tertulia de la Cadena Ser por el adalid de la progresía mediática Antonio Ferreras, quien acabaría siendo nombrado en el 2004 director de Comunicación del Real Madrid. La dupla Florentino-Ferreras no acabaría aquí, pues ambos presionarían a Pedro J. Ramírez para que pusiera al frente del diario Marca a Eduardo Inda, actual director de ese tabloide camorrista y difusor de noticias falsas, conocido también como OkDiario.
Y como no, el sector de los servicios públicos no podía no formar parte de la estructura empresarial de Florentino. Bajo los gobiernos de Esperanza Aguirre se privatizaron la gran mayoría de residencias públicas de ancianos, que casualmente fueron a parar a manos de fondos buitre y de Clece, empresa que dirige Florentino Pérez. En pocos años, las condiciones higiénicas de las residencias empeoraron considerablemente, así como las condiciones laborales fueron precarizadas, llegando a pagar 5’70 euros la hora a sus trabajadores. No hace falta decir que la fiscalía no ha abierto ninguna diligencia contra las residencias que pertenecen a Clece, como si ha hecho con otras, debido a la elevada mortalidad de ancianos en dichos centros durante la pandemia.
De la misma forma, Florentino sacó tajada de la guerra de Iraq, con la adquisición en 2011 de una petrolífera offshore por 377 millones de euros. O abriendo una escuela de fútbol gracias al compadreo con el ex ministro de defensa Trillo. Una vez más queda demostrado que las intervenciones militares para salvaguardar la democracia no son más que una cortina de humo bajo la cual saquear los recursos de un país y hacer negocio con ellos.
Como hemos podido apreciar, Florentino Pérez ha conseguido formar un entramado empresarial utilizando un deporte tan noble y popular como es el fútbol, convirtiéndolo en un mero baluarte para seguir aumentando su patrimonio, a costa del propio sistema democrático e incluso del significado mismo del liberalismo. Lo peor de todo es que este latrocinio no es exclusivo del Real Madrid, aunque sea el caso que más llama la atención. Las vinculaciones de los principales clubes de fútbol europeos con las autocracias del golfo Pérsico, la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí o el hecho de que la próxima Copa del Mundo se juegue en Qatar son una muestra de la corrupción sistémica del capitalismo financiero, así como la ausencia escrúpulos para maximizar los beneficios de unos pocos.
Florentino Pérez es sólo un ejemplo más de como en España nunca han existido realmente emprendedores ni clase capitalista competente y eficiente; sino que, por el contrario, se tratan de élites rentistas y parasitarias que pretenden gobernar sin presentarse a las elecciones para seguir viviendo de lo público. No son más que lumpenoligarquías, que viven de ser hijos y nietos de, herederos de grandes fortunas labradas al amparo del franquismo y que, aunque hayan cambiado los ropajes y se vistan de demócratas, siguen siendo peligrosos para la libertad y la igualdad.
En conclusión, se trata de un libro cuya lectura es vertiginosa desde el inicio, por la cantidad de escándalos silenciados que narra, a la vez que desnuda los bastidores del poder en todas sus esferas. Pues siendo honestos, la mano invisible de la que hablaba Adam Smith no es más que una ilusión, pues esta mano es bien visible, y rapiña del erario público cada vez que tiene oportunidad.
No cabe ninguna duda que Fonsi Loaiza ha escrito un libro de esos que marcan tendencia, que aporta luz al interregno que nos ha tocado vivir y que es de lectura no sólo recomendable, sino indispensable.
__________
Guillermo Martin Argüelles. Historiador.