Entrevista a GIUSEPPE PROVENZANO
«Son ya muchos los años en los que el debate político ha estado dominado por la inmigración; sin embargo, la verdadera emergencia, con los números en la mano, es el de la inmigración», dice Giuseppe Provenzano, ministro para el Sur y la Cohesión Territorial refiriéndose al problema de la fuga al extranjero de los jóvenes.
P. ¿Cuál es su opinión acerca del fenómeno de la expatriación?
R. Mi percepción es que no se tiene suficiente percepción. Italia envejece, el Sur ha perdido su primacía de nacimientos, las zonas del interior están golpeadas por el abandono y la despoblación. Cuando los problemas pasan desde la economía y la sociedad a la demografía es cuando suena la verdadera señal de alarma para el futuro. Pero, sin embargo, no es un destino irreversible. Siempre y cuando enfoques el tema: si los jóvenes se marchan no es solo para cumplir legítimas expectativas o porque no tienen un empleo, es porque no ven perspectiva de cambio de sus lugares de origen, no participan en estos, no se sienten protagonistas. De ahí que el Plan Sur 2030, un esfuerzo de todo el Gobierno, que estamos poniendo en marcha de cara a relanzar las inversiones públicas y privadas tras años de olvido de la cuestión meridional, se abra poniéndose este objetivo precisamente, un «Sur para los jóvenes». La estrategia nacional para las zonas del interior, que hemos relanzado a partir de una intuición de Fabrizio Barca de hace algunos años y que corría el riesgo de empantanarse en los problemas de actuación, ahora pasa de la experimentación a la política estructural y se dirige precisamente a revitalizar esas zonas, atraer a los jóvenes para que se impliquen. La pandemia, en cierto modo, refuerza estos compromisos, porque nos enfrenta a la necesidad de un desarrollo más equilibrado, sostenible también porque está más extendido desde el punto de vista territorial. No sólo eso, hemos observado un regreso al Sur y a las zonas del interior con el smart working, y nos ha hecho descubrir el potencial de las tecnologías que ya estaban a disposición. También por esto tenemos que reforzar las estructuras digitales y de movilidad. Para que la movilidad no sea unidireccional. Y porque quien se ha marchado no necesariamente se ha “perdido” para siempre para el desarrollo de su territorio. Por esto se nos ocurrió la idea de trabajar en una plataforma, una red que llamaremos “Talentos del Sur y para el Sur”, que ponga en relación, construya intercambios, asociaciones, alianzas, entre quien se ha marchado y quien se ha quedado, entre el que va y el que viene.
Cuando los problemas pasan desde la economía y la sociedad a la demografía es cuando suena la verdadera señal de alarma para el futuro
P. ¿El objetivo es traer de vuelta a los italianos, atraer a extranjeros y a nuevos talentos o impedir que los jóvenes se vayan más lejos?
R. El objetivo es garantizar la libertad de los jóvenes. También para elegir, para irse. Pero debe ser un acto de libertad y no, como sucede con demasiada frecuencia en la actualidad, una necesidad, la única posibilidad de movilidad social. Y para sea de verdad esa libertad de elegir tenemos que garantizar la oportunidad de volver y el “derecho a quedarse”, a construir un futuro en nuestro país, en el Sur, también en las zonas del interior. Un futuro a la altura de las competencias que los jóvenes han venido adquiriendo a lo largo de sus estudios, y que con frecuencia se convierten en excelencia en el extranjero, de legítimas ambiciones.
P. ¿Qué instrumentos deberían establecerse para invertir la tendencia a la expatriación o, en todo caso, para responder a los objetivos mencionados?
R. En los últimos años se han puesto en marcha diversas iniciativas, aunque loables, de manera discontinua para atraer o retener a los jóvenes. Desde el «contra-éxodo», a la atracción de los investigadores a través de generosas desgravaciones fiscales, hasta el «Me quedo en el Sur». Pero son todas iniciativas parciales, que de hecho no han conseguido invertir la tendencia de fondo. El reto es relanzar el desarrollo para mantener juntos los tres objetivos de los que he hablado: libertad de irse, oportunidad de regresar, derecho a quedarse. Tenemos que hacer del Sur un lugar no solo atractivo, como lo es, para pasar las vacaciones durante una época del año, sino como lugar atractivo de capitales, de personas, de nuevas ideas. La belleza no es suficiente, necesitamos la calidad de vida, que se compone de servicios, bienes públicos, oportunidades y espacios en los que podamos recuperar nuestros tiempos de vida. La batalla por llevar la Banda Ultra Ancha a las zonas del interior, donde hemos reclamado a los operadores por sus incumplimientos, imprimiendo una aceleración que será aún mayor con la Red Única, es exactamente lo que marca la diferencia entre imaginar esas zonas marginadas como un «pequeño viejo mundo» o como lugares en los que experimentar con nuevos modelos de organización social y productiva.
El reto es relanzar el desarrollo para mantener juntos los tres objetivos de los que he hablado: libertad de irse, oportunidad de regresar, derecho a quedarse (…) La belleza no es suficiente, necesitamos la calidad de vida
P. Concretamente, ¿qué hay en los presupuestos y en los planes europeos, por ejemplo, en la utilización del Fondo de Recuperación, para frenar el éxodo de jóvenes y talentos y atraer a otros nuevos?
R. A lo largo de este último año hemos asignado fondos a los municipios del Suir para potenciar las infraestructuras sociales, asilos, escuelas, centros de asistencia. Fondos para el sostenimiento de las actividades económicas en las áreas marginales y recursos para la Estrategia de las áreas del interior, que finalmente ha sido aprobada en más de 70 áreas piloto (unos 1.060 municipios), acabando con los retrasos acumulados, y que comenzará a principios de año nuevo en otras dos áreas por región, y precisamente para garantizar servicios integrados, desde la telemedicina a la didáctica a distancia y hasta los espacios de coworking. Hemos puesto en marcha una acción realmente impresionante para el Sur, asegurando la certeza de los recursos ordinarios (al menos el 34%) y reactivando el gasto de los adicionales, recuperando, como reconoce la Comisión Europea, también la capacidad de utilizar los fondos estructurales, con los que en la nueva programación nos fijamos el objetivo de mantener abiertas las escuelas del Sur. Históricamente, como es bien sabido, no hemos sobresalido en el gasto de los fondos estructurales y en los últimos meses hemos recuperado la credibilidad, lo cual es esencial en vista del nuevo período de inversiones. El Sur llega a este momento con un Plan, compartido con los actores económicos y sociales y el Tercer Sector. Con recursos e instrumentos sin precedentes, comenzando por los incentivos fiscales para el trabajo y las Zonas Económicas Especiales. La opción ahora es centrarse decididamente en la innovación. Sobre esto hay medidas importantes en la Ley de Presupuesto, el fortalecimiento del «Crédito fiscal para la investigación y el desarrollo» en el Sur, por ejemplo, para atraer investigadores a las empresas, y especialmente el lanzamiento de los «Ecosistemas de Innovación», replicando el modelo del Parque Tecnológico de San Giovanni a Teduccio en Nápoles. Allí, gracias a la investigación, las academias y las incubadoras de empresas, se atrae a jóvenes de todo el mundo y los que trabajan allí producen innovación para todo el mundo, en un marco muy importante de regeneración urbana, que activa procesos de innovación social. A partir de las universidades e industrias preexistentes, esto puede ser replicado en otras ciudades del Sur. Y este es un gran proyecto en el que estamos concentrando los recursos de Next Generation Eu, para combinar la innovación tecnológica y la innovación social, recuperando la propiedad confiscada a la mafia, regenerando contextos marginados para quitarle espacio a la constante amenaza de las organizaciones criminales, en alianza con el partenariado económico y social, con redes de ciudadanía activa. Todo esto dice algo a los jóvenes, ofreciéndoles oportunidades para regresar, para incitar, de libertad y derecho a quedarse.
P. ¿Es suficiente la intervención del ministerio o quizás hace falta un cambio de visión más general?
R. Como he intentado decir, la emigración no la frena un decreto. El fascismo hizo eso; hay que invertir la tendencia con el desarrollo y la cohesión. Mi Ministerio cumple también y sobre todo una función de planificación y coordinación, estoy acostumbrado a pensar y trabajar en una perspectiva sistémica. Esto nos ha llevado, por ejemplo, a firmar un acuerdo con todos los ministerios y todas las regiones para utilizar 12.000 millones de fondos de cohesión para hacer frente a la emergencia, y nadie esperaba eso. Gracias a esto, por ejemplo, hemos asegurado los dispositivos para la enseñanza a distancia a las familias más pobres. Pero es toda la administración, incluso más allá de la coordinación política, la que debe participar en este desafío. Nuevamente con la Ley de Presupuestos, una oportunidad extraordinaria viene de la «regeneración administrativa». Con los fondos europeos, queremos atraer a los jóvenes a la administración pública., con nuevas competencias, para cambiarla radicalmente y permitirles estar a la altura de los desafíos que se les presentan, también en el cumplimiento de las inversiones. Empezamos por contratar a 2.800 jóvenes, la agencia de Cohesión evaluará las necesidades en función de los resultados, y también estamos poniendo orden en ese sistema de asistencia técnica subcontratada con empresas de consultoría, que han devuelto a las administraciones poco o nada de los grandes recursos públicos de los que se ha alimentado, y que a veces han albergado mecanismos opacos y clientelismo. Precisamente ese sistema del que huyen muchos jóvenes. Pero las instituciones por sí solas no son suficientes, repito. Lo que se necesita es la plena participación de los ciudadanos, la co-planificación del desarrollo. Con las políticas de cohesión, profundamente arraigadas en el territorio, esto es posible. Creo que esta implicación debe ser también a todos los niveles, y un extraordinario recurso común está representado por nuestros italianos en el extranjero, que tienen su propio sistema articulado de civismo, ayuda mutua, asociaciones e instituciones representativas, con las que desde hace tiempo he tenido una interlocución y una atención que también ha desembocado en este proyecto, la red «Talentos del Sur y para el Sur».
Las instituciones por sí solas no son suficientes, repito. Lo que se necesita es la plena participación de los ciudadanos
P. La Red de Talentos para el Sur: ¿Podría ilustrarnos algo más y darnos cifras?
R. Estamos trabajando para empezar el año nuevo (2021), con una plataforma digital, una red para poner a disposición del desarrollo del Sur las competencias en el extranjero, para intercambiar conocimientos, iniciar colaboraciones, crear valor añadido junto con las energías que hay en el Sur y que debemos reforzar poniéndolas en relación. La idea de la que partí, mucho antes de que la pandemia nos mostrara más claramente esta necesidad, es que gracias a las nuevas tecnologías podemos recuperar parte de lo que perdemos con las nuevas emigraciones y de las que el resto del mundo se beneficia. En el pasado hubo remesas de dinero, ahora serán remesas de conocimientos técnicos, competencias, inteligencia y conocimiento. En los últimos meses, con la colaboración de la Farnesina, de todas las Universidades del Sur de Italia, de los representantes de los italianos en el mundo y su red de asociaciones, de la Dante Alighieri, de las Cámaras de Comercio Italianas en el extranjero y de diversas fundaciones y personalidades individuales, hemos reunido más de 750 nombres de talentos en el extranjero, dispersos por todos los continentes. «Talentos del Sur y para el Sur» será un sitio inmediatamente reconocible, fácil de consultar y de utilizar, que permitirá a un amplio público de usuarios, que espero que crezca cada vez más de forma voluntaria, poder acceder a la búsqueda de profesionales cualificados, encontrar conocimientos y posibles inversiones, construir oportunidades para el Sur, intercambiando buenas prácticas, información y proyectos más tradicionales (pero de calidad) y/o innovadores, tanto en el ámbito empresarial, de la investigación, de la administración, social. Todas las dimensiones que queremos mantener unidas para la misión de fondo. Para liberar las capacidades, el potencial, de todas las personas en todos los lugares.
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Giuseppe Provenzano. Doctor en ciencias jurídicas, ha tenido una intensa vida política en el Partido democrático italiano, en el momento de la entrevista era ministro para el Sur en el gobierno Conte. Actualmente es Vicesecretario del Partido Democrático.
[Texto original en L’Expresso, 20 de diciembre de 2020. Traducción de Pasos a la Izquierda.]