Por ENRIC PRAT CARVAJAL
En las últimas décadas, las izquierdas sociales y políticas han dejado de elaborar y discutir sobre las líneas estratégicas transformadoras. A continuación, aporto algunas ideas para contribuir a la reactivación de este necesario debate.
Las catástrofes sociales y medioambientales pueden ayudar a la extensión de las actitudes cooperativas y solidarias de las personas, de la acción colectiva progresista y de las ideas ecosocialistas, pero estas situaciones extremas también pueden favorecer la movilización conservadora y las opciones autoritarias. Además, las catástrofes altamente destructivas pueden obstaculizar la construcción de una sociedad ecosocialista y democrática. Por tanto, las izquierdas transformadoras no sólo deben promover la movilización social y política sino también la aprobación de leyes y políticas públicas orientadas a la eliminación de las causas de las catástrofes sociales y medioambientales.
Estamos atravesando una época de crisis y de emergencias diversas, pero también de oportunidades de transformación social, económica, política y cultural. Conviene entender la transformación como un proceso continuo y de larga duración, y valorar todos los avances parciales que se puedan ir consiguiendo. Las izquierdas transformadoras deben elaborar programas de transición socioecológica y democrática con el objetivo de enlazar las reivindicaciones concretas que se reclaman ante las crisis y las emergencias simultáneas con el proyecto de socialismo ecológico, democrático y en libertad que propugna. Estos programas de transición deben dar sentido a las luchas actuales y dotar de orientación al cambio global perseguido, y sus contenidos se han de incorporar a las leyes y las políticas públicas.
Estamos atravesando una época de crisis y de emergencias diversas, pero también de oportunidades de transformación social, económica, política y cultural
La estrategia de transformación debe combinar la acción sociopolítica de base (en los barrios, empresas, centros de estudio …), la potenciación de los movimientos sociales y del sindicalismo sociopolítico de clase, la presencia en los procesos electorales y la actividad en las instituciones democráticas del Estado (gobiernos, parlamentos, plenos municipales …), y un trabajo de tipo cultural que potencie las expresiones críticas y promueva las ideas y los valores transformadores. La vida de las organizaciones de la izquierda transformadora debe girar en torno a estas diferentes tareas estratégicas.
La posibilidad de conseguir cambios políticos, económicos, sociales y culturales profundos dependerá de la conciencia política de la población, de la correlación de fuerzas políticas existente y de la articulación de un bloque de izquierdas con voluntad transformadora. Es por ello por lo que las organizaciones de la izquierda transformadora deben contribuir al crecimiento y al fortalecimiento de las fuerzas políticas, sociales y culturales progresistas y construir una alianza de los sujetos que pueden estar interesados en los cambios mencionados, sobre todo los que están representados por el ecologismo, el feminismo y el sindicalismo de clase. Los sujetos principales de la transformación han de ser los que pueden garantizar la supervivencia de la humanidad y la vida en el planeta: los trabajadores que producen bienes y servicios, las personas que dedican una gran parte de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados, y el sector de la población comprometido con la preservación de la biodiversidad y del medio ambiente. Pero también hay que conseguir la implicación de la gran mayoría de los movimientos sociales, de la juventud progresista, del mundo académico, de los profesionales de la comunicación y de los diferentes sectores culturales. Se trata de articular un proyecto constructivo plural basado en la unidad de acción para impulsar las transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales. Esta alianza de sujetos transformadores debe concretarse en los diferentes espacios de actuación política, social y cultural (barrios, pueblos, ciudades, centros de trabajo, de estudio, de investigación y de creación …).
Los partidos políticos de la izquierda transformadora deben ser organizaciones de lucha y de gobierno. Sus miembros deben participar activamente en las movilizaciones políticas y sociales de carácter progresista, en las organizaciones de los movimientos sociales, en el sindicalismo de clase, en el activismo que se desarrolla desde Internet, en las asociaciones de madres y padres, en las asociaciones de vecinos y vecinas, en las experiencias de economía alternativa (cooperativas de consumo, finanzas éticas …) y en los diferentes espacios de encuentro y actividad (ateneos, centros sociales, culturales y de jóvenes …). Y se han de esforzar por obtener el apoyo electoral necesario para gobernar, solos o en coalición, las instituciones del Estado o para ejercer una labor de oposición con capacidad de incidencia. Las mayorías electorales pueden permitir la configuración de gobiernos que intensifiquen presión democrática frente a las dinámicas negativas del capitalismo, que aprueben de manera continuada reformas políticas, económicas, sociales y culturales, que promuevan la construcción de una democracia representativa regenerada con mecanismos de democracia participativa y directa, y que dediquen esfuerzos a la difusión de las ideas y los valores transformadores. Ejercer el gobierno de las instituciones del Estado, aprobar y poner en práctica leyes y políticas públicas progresistas son elementos clave para lograr la transformación. Entre la población ha crecido la conciencia sobre la existencia de una emergencia climática y de una crisis social profunda. Además, durante los últimos años se han producido movilizaciones masivas de protesta por las consecuencias negativas de las crisis y de las emergencias simultáneas que estamos sufriendo. Las izquierdas transformadoras deben hacer un trabajo político orientado al crecimiento y la consolidación de estas movilizaciones e ideas críticas, procurando que tengan una dimensión política transformadora, y tienen que dedicar una buena parte de sus esfuerzos a la elaboración de propuestas y a la tarea de concretarlas en leyes y políticas públicas a fin de encontrar las mejores soluciones a los graves problemas del tiempo presente.
Los sujetos principales de la transformación han de ser los que pueden garantizar la supervivencia de la humanidad y la vida en el planeta
Uno de los retos de las izquierdas transformadoras es conseguir conectar más y mejor el trabajo político que se hace desde las organizaciones de los movimientos sociales, el sindicalismo sociopolítico y las instituciones democráticas del Estado. En este sentido, se pueden apuntar algunas iniciativas que se podrían poner en marcha: de todas las propuestas que se planteen en las instituciones del Estado, se podrían seleccionar algunas de las principales y alrededor de ellas hacer un trabajo pedagógico, procurando que sean conocidas por la sociedad y puedan ser debatidas; en todos los ámbitos territoriales y sectoriales se debería intentar articular una red de colaboración regular entre los cargos electos (diputados, alcaldes, concejales …) y representantes de las entidades y grupos sociales, culturales y profesionales existentes. El trabajo institucional ha de conectar con las luchas por la mejora de las condiciones laborales y de vida de las personas. Los partidos de la izquierda transformadora deben trasladar a las instituciones democráticas del Estado, e intentar plasmarlas en leyes y políticas públicas, las demandas de los sectores sociales y culturales a los que aspiran a representar.
Los partidos de la izquierda transformadora deben formar parte del sistema democrático porque se han de presentar a las elecciones a través de diferentes candidaturas y disponer de representantes que actúen en las instituciones democráticas del Estado, pero deben aspirar a una regeneración y a una mejora sustancial de la democracia existente, eliminando sus patologías, consiguiendo que sea participativa, que se convierta en republicana y que garantice los derechos sociales y la existencia material de las personas como condición imprescindible de su libertad. Han de entender la democracia como un proyecto en construcción permanente. La lucha por una democracia representativa regenerada, complementada con mecanismos de democracia participativa y directa, debe ser un elemento central del proyecto de transformación. Esto también debe implicar una democratización de los grupos políticos y sociales que promueven la transformación. El objetivo es que, desde las instituciones democráticas del Estado, desde los medios de comunicación, desde el mundo académico, desde los sectores culturales y desde los partidos políticos, los sindicatos de clase y las organizaciones de los movimientos sociales se estimule la organización y la participación política del conjunto de la población.
Las izquierdas transformadoras deben desarrollar un trabajo político de tipo cultural con el propósito de conseguir que sus principales ideas y valores (libertad, igualdad, solidaridad, justicia social, democracia, preservación del medio ambiente, consumo responsable…) se conviertan en hegemónicos en la sociedad y que esto permita concretarlos en leyes y políticas públicas de tal manera que vayan configurando el socialismo ecológico, democrático y en libertad al que aspiran. Su objetivo debe ser la construcción de una mayoría social favorable a la transformación ecosocialista, feminista y democrática que preconizan. Su opción debe ser avanzar en la transición al socialismo ecológico, democrático y en libertad a través de las vías democráticas y no violentas. La política comunicativa de las fuerzas sociales y políticas transformadoras debe ser un elemento esencial para lograr la hegemonía en la sociedad. Para desarrollar una política comunicativa influyente es necesario fortalecer los instrumentos y los canales existentes y construir otros nuevos.
Uno de los retos de las izquierdas transformadoras es conseguir conectar más y mejor el trabajo político que se hace desde las organizaciones de los movimientos sociales, el sindicalismo sociopolítico y las instituciones democráticas del Estado
Las izquierdas transformadoras deben proclamar que los cambios que son necesarios para configurar una sociedad socialista, ecológica, democrática y en libertad deben contar con el apoyo de la gran mayoría de la población y se han de conseguir a través de las vías democráticas, de la utilización de formas de acción colectiva no violentas y de la práctica de la desobediencia civil no violenta ante las leyes o las decisiones políticas y económicas injustas. En caso de que se produzca una reacción armada y violenta por parte de sectores del aparato de Estado que pretendan impedir las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales impulsadas desde las instituciones democráticas del Estado, las izquierdas transformadoras deben considerar legítima la defensa de la democracia a través de la movilización popular y la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Las izquierdas transformadoras deben poner de relieve que los cambios políticos, económicos, sociales y culturales serán posibles y se podrán consolidar si van acompañados de la transformación de las personas. Es necesaria una revolución de valores y un cambio profundo de los comportamientos. La transformación de las personas es una condición necesaria para ir construyendo una sociedad con valores progresistas. Las organizaciones de la izquierda transformadora deben comprometerse a mantener una práctica coherente con sus ideales y dedicar esfuerzos para conseguir que sus miembros mantengan un tipo de vida ecologista y no consumista, erradicando las actitudes machistas, dedicando tiempo suficiente al cuidado de los familiares y los amigos que lo necesiten, siendo responsables en el uso de los espacios y los servicios públicos, y practicando la solidaridad y la ayuda mutua.
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Enric Prat Carvajal..Historiador, es ahora profesor jubilado de la Universitat Autónoma de Barcelona. Entre sus obras: Las raíces históricas de los conflictos armados actuales, Publicacions de la Universitat de València 2010; Moviéndose por la paz. De Pax Christi a las movilizaciones contra la guerra, editorial Hacer 2007.
[Agradecemos al autor y a la Revista Treball, la autorización para traducir y publicar este artículo. El original se puede consultar en http://revistatreball.cat/idees-per-a-una-estrategia-transformadora/]