Por Pedro González de Molina Soler.
Soldadera con sus hijos
La Educación es un laboratorio sobre el tipo de sociedad que queremos construir. Cuando queremos construir una sociedad cohesionada, con movilidad social amplia, donde las desigualdades de partida son compensadas, y permite cierta igualdad de oportunidades, construiremos un modelo educativo acorde a dichos objetivos, como, por ejemplo, en Dinamarca o en Finlandia. Sí, sin embargo, pretendemos construir un modelo de sociedad segregado, donde la movilidad sea escasa, el cierre de clase social sea mayor, un modelo de desigualdad de oportunidades y poco cohesionada, construiremos otro modelo diferente de Educación, como, por ejemplo, el modelo de los EEUU.
Las desigualdades de partida entre dos alumnos/as son muy importantes, ya que éstas condicionan las posibilidades de cada uno de ellos para poder alcanzar ciertos niveles educativos. Los estudios de la madre predicen, con bastante fuerza, las posibilidades de un alumno/a de alcanzar estudios universitarios o de grado superior. Otros factores que influyen son el capital cultural de la familia, su situación socioeconómica, el barrio donde vivan, el capital social que hayan acumulado (contactos), etc. Estas diferencias se pueden agrandar por varios factores; que el sistema educativo sea incapaz de poderlas compensar (como pasa, en buena medida, en el sistema español), que la segregación residencial sea alta y las clases sociales se mezclen poco, o que haya un sistema educativo privado que compita con el Público (como es el caso español).
La segregación escolar socioeconómica es aquella en donde se separa a través de varios mecanismos al alumnado por origen social, ya sea causada por la segregación residencial (o por procesos de gentrificación), por la existencia de un sistema educativo dual (Público-Privado y otras modalidades), por una elevada concentración territorial de algunos colectivos (bolsas de pobreza), por la forma en la que se escolarizan al alumnado (zonificación escolar, medidas de cuasi-mercado, distrito único, etc.), por las políticas públicas (cheques escolares, asignación de cupos, etc.) y/o por las estrategias familiares. La segregación escolar socioeconómica se puede producir en todo el sistema educativo, desde infantil hasta la Universidad. La existencia de centros bilingües también puede producir segregación escolar por clase social.
En España, la segregación escolar (ya sea por origen nacional o por clase social) es superior a la segregación residencial. Esto está producido por medidas político-institucionales como son las medidas cuasimercado de asignación del alumnado por centros (en el caso de Madrid, el distrito único), y las medidas que han favorecido el negocio de la Enseñanza Privada (ya sea pura o con conciertos) que han realizado numerosos gobiernos en nuestro país, principalmente conservadores. También son producidos por las familias, que buscan otros tipos de proyectos educativos, aspiran a buscar espacios homogéneos socialmente donde se excluye al alumnado considerado “indeseable” (pobres, gitanos, inmigrantes, etc.), o que aspiran a lograr prestigio o acumular capital social en los centros al entrar en contacto con personas pertenecientes a clases sociales superiores. Estas tendencias endogámicas vienen de lejos. La escuela concertada-privada ha sido el refugio histórico de la clase media, y la privada pura de la clase media-alta y alta.
Los centros escolares pueden jugar un papel en los procesos de segregación escolar, al discriminar de forma activa o pasiva a un alumnado considerado “indeseable”. La escuela concertada suele utilizar mecanismos de selección de su alumnado que en muchas ocasiones deja fuera a un tipo de alumnado “complejo”, en aras de una cierta homogeneidad. Algunos centros públicos favorecen la segregación escolar al convertirse en centros bilingües, o al tirar la toalla ante un centro en proceso de guetización, etc. Cuando los claustros no están consolidados (al haber mucha rotación de docentes interinos o de funcionarios que piden el “concursillo” en cuanto pueden), la falta de implicación del equipo docente y directivo, el clima del centro (en caso de ser malo) y una baja calidad educativa puede producir un rechazo de muchas familias a querer matricular a sus hijos/as en dicho centro, lo que puede fomentar la segregación escolar.
La segregación escolar mejoró entre los años 2000-12, pero luego se disparó entre los años 2012-15, coincidiendo con la aplicación de la LOMCE, la crisis económica y la llegada al poder del PP en muchas CCAA. La Comunidad Autónoma que más segrega por clase social es la Comunidad de Madrid, que es el laboratorio de las políticas neoconservadoras en Educación.
Francisco Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido1 realizaron un estudio con los datos PISA 2015, calculando el índice Gorard2 y comparándolo con los países de nuestro entorno.
Fuente: Obtenida de Murillo, F.J., Martínez-Garrido, C. (2018). Magnitud de la segregación escolar por nivel socioeconómico en España y sus Comunidades Autónomas y comparación con los países de la Unión Europea. Los autores la han elaborado con los datos PISA 2015.
España aparece como el sexto país más segregado por clase social, con un 0,38 (índice de uniformidad). Sin embargo, hay matices interesantes cuando observamos dicha segregación por clases sociales en nuestro país: Para el 10% de los estudiantes con menos recursos España está en la situación intermedia (0,41), por debajo de países como Alemania o Francia (0,43). Para el estudiantado del 25% con familias de menor nivel socioeconómico, España (0,31) se sitúa como el sexto país con mayor segregación, solo superado por países del Este europeo. Para el 25 % de los estudiantes con familias de mayor nivel (Q4), España es el tercer país más segregado de toda la Unión Europea (0,35), solo superado por Rumanía (0,35) y Hungría (0,39). Para el 10 % superior, de nuevo España se vuelve a situar entre los más segregados (0,46), en este caso el cuarto más segregado de Europa, solo por detrás de República Checa, Hungría y Rumania. Hay una tendencia a la segregación, fundamentalmente, “por arriba”. Por otro lado, los países más segregados tienden a ser más desiguales.
Respecto a las Comunidades Autónomas, nuestro país es diverso. Existen Comunidades muy segregadas, algo segregadas y otras que segregan poco por clase social. Siguiendo a Francisco Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido:
1. Comunidades con una segregación escolar por nivel socioeconómico baja (menor o igual a 0,30 según el índice de Gorard): Illes Balears (0,27), La Rioja (0,28), Galicia (0,29), Aragón (0,30), Castilla y León (0,30), Cantabria (0,30) y Extremadura (0,30).
2. Comunidades con una segregación media (entre 0,31 y 0,34 según el índice de Gorard): Comunitat Valenciana (0,31), Región de Murcia (0,31), Andalucía (0,32), Comunidad Foral de Navarra (0,33), País Vasco (0,33) y Castilla-La Mancha (0,34).
3. Comunidades con segregación escolar por nivel socioeconómico alta (más de 0,35 en el índice de Gorard): Principado de Asturias (0,35), Cataluña (0,36), Canarias (0,36) y Comunidad de Madrid (0,41).
En el caso de los extremos (10% más pobre y 10% más rico), las Comunidades que más segregan a los más pobres son: Comunidad de Madrid (0,45), Navarra (0,39) y el País Vasco (0,39), y las menos Galicia (0,28), Castilla y León (0,29) y Extremadura (0,30). Y al 10% más rico: Canarias (0,50), Asturias (0,46) y la Comunidad de Madrid (0,45); y las que menos Illes Balears (0,33), La Rioja (0,35) y Aragón y Murcia (ambas con 0,37).
En el caso de la Comunidad de Madrid, la más segregada de España, su índice ha aumentado un 35,8% en 10 años, lo que resulta evidente que ha sido consecuencia de las políticas públicas en materia de educación aplicadas por los gobiernos de Aguirre y sus sucesores. Cataluña sigue la senda de Madrid, aunque no la alcanza, al situarse el crecimiento de la segregación en un 14,2%. En Andalucía el crecimiento es más moderado, de un 9,4%, y en Euskadi del 8,7%. En el caso español ha aumentado la segregación durante estos 10 años un 13,4% de media, siendo el mayor incremento de la segregación escolar justo en los peores años de la crisis económica (2012-15) y donde mayores recortes se produjeron en la Educación Pública.
Fuente: Extraído de Save The Children (2018), realizada con los informes PISA (2006-15).
Si comparamos estos resultados con los del resto de países de la UE nos encontramos con resultados sorprendentes. Si cada Comunidad Autónoma fuera un país la comparativa sería esta.
Fuente: Obtenida de Murillo, F.J., Martínez-Garrido, C. (2018). Magnitud de la Segregación escolar por nivel socioeconómico en España y sus Comunidades Autónomas y comparación con los países de la Unión Europea. Los autores la han elaborado con los datos PISA 2015.
Según Save The Children, en un informe realizado sobre segregación escolar y centros gueto, en España casi la mitad del alumnado está escolarizado en centros donde existe concentración de alumnado vulnerable y afectan al 46,8% de todos los centros escolares, de los que 9 de cada 10 son centros públicos. Un centro escolar sufre concentración cuando tiene matriculados entre un 26% o más de alumnado con un nivel socioeconómico bajo. En algunos casos esta concentración, como ya vimos en la segregación escolar por origen nacional, puede provocar la transformación del centro en un centro gueto. El número de centros gueto en España se sitúa, según los datos ofrecidos por Save The Children, en el 9% (50% o más de alumnado de menor nivel socioeconómico), mientras que sufren una concentración alta el 37,8% (entre el 26-50%), baja el 34,3% de los centros (entre el 10 al 25%), y muy baja el 18,9% (menos de un 10%). De estos centros Gueto el 88,9% son de titularidad pública, lo que demuestra el nulo esfuerzo por parte de las empresas dedicadas a la Educación por atender a este tipo de alumnado.
Distintos organismos internacionales, como la OCDE, el Consejo de Europa, o la ONU, han alertado de los riesgos de la segregación escolar sobre el rendimiento educativo o la cohesión social, donde destaca que la peor parte se lo lleva el alumnado desaventajado Los países que tienen mejores sistemas educativos son aquellos que apuestan por la calidad, la excelencia y por la equidad. Esta equidad se basa en intentar que los efectos sociales o de origen impacten lo menos posible en la carrera escolar y permita al alumno/a llegar todo lo lejos que pueda. De esta manera se podría evitar males sociales mayores, como que la pobreza se enquiste, aumente la desigualdad, o se pierda cohesión social.
Siguiendo la misma línea de la OCDE, la Comisión y el Consejo de la Unión Europea, así como la ONU, han urgido a España a tomar medidas contundentes contra la segregación escolar, tomando medidas para lograr una mayor cohesión social a través de la implementación de una educación inclusiva, dando apoyo a todo el alumnado, con especial atención al alumnado vulnerable o con necesidades específicas.
El problema de la segregación escolar no sólo se produce en el sector de la población con menor nivel socioeconómico, sino que afecta al resto en sus habilidades socioemocionales. Tiene también un impacto negativo sobre el sistema escolar ya que reduce la eficiencia de este y crea estratos muy afectados por la repetición, el abandono y el fracaso escolar. Estos estratos poblacionales desfavorecidos, obtienen menores resultados educativos, una parte de ellos tiende a abandonar los estudios sin titular (o sólo con el título de la ESO), lo que provoca que haya un incremento de jóvenes sin cualificar, lo que tiene como consecuencias: un descenso del bienestar colectivo, en la reducción de la cohesión social y en el ámbito económico, en la pérdida de productividad y de crecimiento. A esta conclusión llega también el Relator sobre la Extrema Pobreza y los DDHH de la ONU, Philip Alston, que afirma en su informe publicado en el año 2020: «La segregación escolar aumenta la repetición de grados, el fracaso y el abandono escolar; disminuye las puntuaciones de las evaluaciones; y afecta negativamente las expectativas de los estudiantes de seguir estudios universitarios».
El alumnado que asiste a los centros afectados por una alta concentración de alumnado con menor nivel socioeconómico (centros gueto) tiene más posibilidades de repetir curso que sus homónimos escolarizados en los centros educativos con baja concentración (4 veces más posibilidades), vienen de familias con menor capital cultural, social y económico, poseen un menor vínculo con la institución escolar, menores expectativas de alcanzar estudios superiores, lo que favorece que haya más posibilidades de abandonar prematuramente el sistema escolar con o sin el título de la ESO, pero sin continuar su formación.
Se produce otra consecuencia, que es la tendencia a la homogamia educativa, derivada de la segregación por clase social, lo que tiende a cerrar las clases sociales en sí mismas, impidiendo que los estratos bajos de nuestra sociedad puedan acumular algo de capital social-relacional al mezclarse con alumnado de un nivel socioeconómico más alto, así como impide el efecto compañeros, del que se podría beneficiar al alumnado más desfavorecido. Está estudiado que a mayor segregación escolar menor ascensor social y a menor segregación mayor ascensor social, por lo que nuestro país debería de tomar nota. También la segregación escolar fomenta la homogamia de pareja y la herencia social. La segregación escolar por clase social influye a la hora de escoger pareja y, por ende, matrimonio, asociándose, también, con la inmovilidad social de cada clase o estrato social. Al igual que la homogeneización de las amistades, lo que resta posibilidades a los desfavorecidos de salir de su situación gracias al capital social.
Otro de los factores que produce el crecimiento de la segregación escolar es la existencia de una red dual Pública-Privada. Donde la Enseñanza Pública se ha visto en una situación de desventaja en dicha competición, ya que el gobierno del PP durante el período 2011-18 hizo todo lo posible por reducir su financiación y así provocar un trasvase de alumnado de un sistema a otro. La competencia por los recursos y por el alumnado de mayor nivel socioeconómico es una lucha desigual entre los centros públicos y concertados-privados, que ha ido decantándose, gracias a la ayuda de los partidos conservadores (como PP, PAR, CIU y herederos, UCD, PNV, CC, etc.), y de algunas administraciones gobernadas por el PSOE, hacia la privada-concertada, que ayuda a la segregación escolar por clase social y origen nacional. Estamos segregando socialmente con fondos públicos.
La combinación corrosiva de la crisis económica con las decisiones políticas que buscan empeorar la Educación Pública para abrir un negocio a la educación privada-concertada, a través de los recortes a la educación pública (disminución en el número de docentes, especialistas, peores condiciones laborales o de calidad de las instalaciones, aumento de las ratios) han provocado un deterioro, deliberado en muchos casos, de la imagen social de los centros de titularidad pública en detrimento de los privados, lo que provoca un desplazamiento de los que pueden elegir hacia los centros concertados-privados (y algunos públicos de “élite” o bilingües) que se convierte en segregación escolar.
Esto provoca que haya determinados centros con sobredemanda y otros centros que no son apenas demandados. La influencia de las redes sociales en la selección de las familias, pero también la estigmatización social de los centros con una composición social desfavorecida, a partir de prejuicios construidos en torno a esta composición social, son algunos de los factores que explican que estos centros tiendan a tener una demanda más débil. Desde esta perspectiva, los datos constatan que los centros con una demanda más débil (con menos solicitudes y con una ratio demanda/oferta menor) tienden a tener un porcentaje de alumnado extranjero y de alumnado con necesidades educativas específicas más elevado que los centros con una demanda más consolidada (en palabras del Síndic de Greuges de Catalunya3), mientras más segregado esté el municipio donde se instala el centro escolar más fuerte es la relación entre solicitudes recibidas, nivel de demanda respecto a la oferta, porcentaje de alumnado inmigrante y porcentaje de alumnado con necesidades especiales.
“La segregación escolar es un poderoso mecanismo para impedir la igualdad de oportunidades real entre todos los estudiantes; así como el mejor medio para fomentar la segregación y las desigualdades sociales. Cierto es que una gran parte de la segregación escolar es consecuencia directa de la segregación residencial; mal que afecta a prácticamente todas las ciudades de España. Pero no lo es menos que la segregación escolar es un claro producto de las medidas políticas tomadas al respecto; medidas que pueden favorecer la segregación o impedirla. Los datos de España así lo ratifican. Es hora de empezar a pensar qué sistema educativo queremos, porque en la medida que éste sea más o menos segregado, así será la sociedad que construyamos para el futuro.” Con estas palabras rotundas se expresan sobre esta problemática Murillo, F.J., Martínez-Garrido, C., donde resumen y clarifican las causas de la segregación escolar, a la vez que hacen un llamamiento a repensar el sistema educativo.
Ante las medidas del Gobierno de coalición recogidas en la LOMLOE, donde pretende repartir alumnado con dificultades (socioeconómicas, inmigrantes, de otras etnias, con necesidades educativas especiales, etc.) entre las dos redes (Pública y concertada-privada) que reciben fondos públicos, ha puesto en pie de guerra a las escuelas concertadas-privadas que no acogían a este tipo de alumnado, defendiendo los portavoces de las Escuelas Católicas que: “atentan contra la libertad de elección de los padres”. Cuando dicen “atentan contra la libertad de elección” se refiere en realidad de no mezclarlos con alumnado al que consideran “indeseables”.
Si la escuela es un pequeño ensayo sobre la sociedad que queremos construir. ¿En qué lugar nos deja la existencia de escuelas gueto, a la vez que se produce la secesión de las élites y su separación en centros de “prestigio y aislados” del resto de la población? ¿No estaremos mandando un mensaje de la existencia de una sociedad desigual?, ¿al no actuar contra este hecho lo estamos “naturalizando? ¿No es una contradicción vivir en una democracia y colocar a una parte de la sociedad en una esfera sin apenas oportunidades?
La segregación escolar daña a la democracia, creando una sociedad cada vez más desigual y compartimentada, que daña la empatía y el conocimiento del alumnado entre sí, una sociedad con un sistema educativo que mientras proclama la igualdad de oportunidades lo que produce es un panorama de desigualdad de oportunidades. Una Escuela que tiende a reproducir más la sociedad (de manera deformada) que a repartir las cartas facilitando a aquellos que están en posiciones de desventaja social que tengan posibilidades de utilizar ese ascensor social que cada día está más estropeado.
El gobierno de coalición de izquierdas tiene una oportunidad de oro que no puede desaprovechar. Si quiere una sociedad más cohesionada, más igualitaria, que aporte oportunidades a todos y a todas tiene que apostar por cumplir lo dispuesto en la LOMLOE y vigilar su cumplimiento por las Comunidades Autónomas. Si no actuamos seguiremos agrandando la brecha social, mantendremos un sistema de desigualdad de oportunidades y reduciremos la cohesión y la movilidad social a través de un cierre de clase oligárquico, instaurando la injusticia como norma y echando por tierra décadas de luchas por la igualdad social. Nos jugamos mucho como sociedad.
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Pedro González de Molina Soler. Licenciado en Historia por la Universidad de Granada, máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Internacional de Andalucía y profesor interino de Geografía e Historia. Secretario de educación y ciencia de Podemos Canarias.
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Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido (2018) Magnitud de la segregación escolar por nivel socioeconómico en España y sus Comunidades Autónomas y comparación con los países de la Unión Europea. Revista de Sociología de la Educación (RASE) 2018, vol. 11, n.º 1
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El índice de Gorard (G) se define como la desviación proporcional de los estudiantes del grupo minoritario con respecto a una completa distribución de la pobreza. Gorard, Stephen (2006). What does an Index of School Segregation Measure? A Commentary on Allen and Vignoles. York: Department of Educational Studies.
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Síndic (2008). La segregación escolar en Cataluña. Barcelona: SINDIC. Citado en F. Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido (2018
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