Por JAVIER VELASCO
1. Cualquier análisis político que intentemos hacer sobre una realidad, como es el caso de las elecciones francesas, debe ir precedido de un diagnóstico que enmarque dicha realidad. En el caso que nos ocupa, es evidente que la crisis capitalista de los países desarrollados, que se arrastra desde los años 60, está en el origen de las repercusiones de esta ola de resentimiento que repercute en la representación política
2. El descenso de los beneficios, que dio lugar la fase de madurez del mundo capitalista y su manifestación contemporánea de consumo de masas, motivó una respuesta rápida por parte del sistema para conseguir la recuperación de la tasa de ganancia. Como no era posible incrementar esos beneficios ampliando los mercados con nuevos productos, porque los característicos de la sociedad de consumo ya habían sido adquiridos por la masa de la población, el Capitalismo optó por otra vía.
3. La recuperación de la tasa de ganancia se centró en los costes de mano de obra. Varios son los dispositivos que se pusieron en marcha. El desarrollo de tecnologías de proceso ahorradoras de costes laborales; una nueva organización empresarial en clave mundial, para utilizar los menores costes salariales; el desarrollo de una liberalización de los movimientos de personas y capitales a lo largo del mundo…, entre otras varias medidas.
4. El resultado fue espectacular: aumentaron los beneficios y descendieron los salarios. El fenómeno tuvo otras consecuencias. Para poder vender con salarios en descenso se siguieron dos vías. La primera fue ofrecer a los consumidores un volumen de crédito fácil; la segunda consistió en abaratar los bienes de consumo al producirse la importación de los países emergentes y rebajar la sensación de menor nivel de vida.
5. Así fue como se acumularon grandes sumas de beneficios dentro de un mundo en crisis y con pocas expectativas de inversión rentable al haberse cerrado el ciclo de la sociedad de consumo. Pero esos beneficios de las empresas se convirtieron en aumento desenfrenado de dividendos en lugar de inversiones que aumentaran los equipos para la producción.
Billones de dólares se encontraron, y se encuentran, buscando donde colocar su potencial financiero. Ese es el origen de la crisis financiera, resultado de una crisis del sistema
6. La imposibilidad en utilización de dichas ganancias en el aumento del potencial de crecimiento por medio de la inversión, derivó esos ingresos hacia la especulación. Billones de dólares se encontraron, y se encuentran, buscando donde colocar su potencial financiero. Ese es el origen de la crisis financiera, resultado de una crisis del sistema. Cuando no existe rentabilidad en perspectiva, solo queda la intervención en tres terrenos calientes: acciones, fondos e inmuebles.
7. Las consecuencias sociales son devastadoras: el mercado de trabajo se tritura y, poco a poco, toda la sociedad se proletariza, salvo una minoría cada vez menor. Francia no ha escapado a esta lógica, aunque, ciertamente, de forma más atenuada que otros países de la Unión Europea.
8. La recuperación de ganancias en Francia ha ido al ritmo de los otros países capitalistas, la cantidad repartida a los accionistas de compañías francesas han progresado mucho más que las inversiones en capital, que son las únicas capaces de crear empleo. Así, la tasa de beneficios ha observado una curva ascendente a partir de 1980 cuando disminuye el peso de la tasa de acumulación (el capital en la empresa baja) y la participación de los salarios se estrecha (la productividad del trabajo es la suma del valor de los salarios más los beneficios, dividido por las horas trabajadas) por la mengua de su participación en la productividad.
9. Esta desigualdad primaria se ha visto fortalecida por el incremento de la desigualdad entre los propios salarios, como se puede ver en el gráfico adjunto. Todo Ello va a tener consecuencias en las expectativas políticas.
10. En resumen, varias son las fuentes de beneficios que están dislocando la posibilidad de futuro en Francia y en todos los países del mundo desarrollado.
La gente se enfrenta a un futuro incierto que es la raíz del miedo y la inseguridad al no existir una alternativa utópica concebida como posible. Ese es el origen de la expansión de ira en Francia y más allá
11. La respuesta de la población francesa se ha reflejado en los resultados de las elecciones francesas para la Presidencia de la República. Estos resultados son, claramente, consecuencia de los efectos de la crisis de crecimiento. Todo el sistema político se asentaba en el crecimiento permanente e indefinido para la población y para sus hijos. Al no poder realizarse, la gente se enfrenta a un futuro incierto que es la raíz del miedo y la inseguridad al no existir una alternativa utópica concebida como posible. Ese es el origen de la expansión de ira en Francia y más allá. En cada país de una forma; en cada país a un ritmo diferente, pero en todos va creciendo un manantial que puede terminar en inundación.
12. Se ha presentado desde los medios de comunicación y desde los círculos de las capas dominantes el final del enfrentamiento de las clases sociales, el ocaso de la confrontación izquierda-derecha a la que se superpone un escenario de sociedad abierta o cerrada; una Francia fracturada entre patriotas y mundialistas; un país dividido entre las grandes ciudades y las periferias y el medio rural. Dicen que los franceses quieren terminar con las viejas divisiones y proclaman que la única división se da entre ganadores y perdedores de la mundialización.
13. Se ha olvidado la dicotomía izquierda-derecha como metáfora para describir las estructuras de dominación en la sociedad capitalista. El hecho de que, cada vez más, la mayoría de la ciudadanía sea parte de un nuevo proletariado que aumenta y se degrada nos señala que sigue viva esa metáfora, aunque haya resistencia a perder el espejismo de progreso cuantitativo dentro del capitalismo y los asalariados voten derecha y moderación. En Francia solo Mélenchon se ha acercado a pronunciar las palabras Capitalismo e izquierda, aunque su programa tenga muchos peros.
14. En contra de lo que se cree, Le Pen no ha conseguido sus votos por tener mayoría entre los trabajadores de rentas bajas y las zonas rurales y periféricas; muy al contrario, es Macron quien obtiene esa mayoría, pero, además, hay que tener en cuenta que, en la segunda vuelta ha habido 12 millones de abstenciones, 3 millones de votos en blanco y 1 votos nulos. Macron obtuvo 8,6 millones de votos en la primera vuelta y 20 millones en la segunda; Le Pen pasó de 7,6 a 10 millones. No se puede inferior de esto ninguna fractura francesa; posiblemente sea menos complicado explicarlas en términos de dominación y clases sociales. De hecho, la idea de esta fractura, de la naturaleza que sea, intenta debilitar cualquier ataque que tenga como referente las estructuras de dominación.
Le Pen no ha conseguido sus votos por tener mayoría entre los trabajadores de rentas bajas y las zonas rurales y periféricas; muy al contrario, es Macron quien obtiene esa mayoría
15. Los programas electorales han sido elaborados, según se dice, para hacer frente a la crisis. Los principios en los que se basan nos dicen cuál es su palanca:
- Macron: “Programa INDIVIDUALISTA”. Apertura económica y apertura cultural.
- Melenchon: “Programa ALTERMUNDIALISTA”. Proteccionismo y apertura cultural
- Fillon: Programa CONSERVADOR”. Apertura económica y proteccionismo cultural.
- Le Pen: “Programa NACIONALISTA”. Proteccionismo económico y proteccionismo cultural.
16. Hace falta un examen más detallado de los programas y de la extensión y repercusión de los daños sociales que explican la ira, que no diferencia las formaciones políticas en la elección de partido, sino que está motivado por un verdadero derecho al rencor por el incumplimiento de una promesa de progreso imposible dentro de un sistema capitalista. Difícil tesitura. Macron es posible que fracase.
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Javier VELASCO. Economista. Ejerció en la universidad de Castila La Mancha como Profesor en la Facultad de Ciencias Económicas. Ha sido Miembro del Comité Económico y Social de la UE y del Comité de las Regiones de la UE, Director de la Oficina de Transferencia de resultados de Investigación (OTRI) de la UCLM, Director de la Oficina de Castilla La Mancha y de la oficina del Principado de Asturias en Bruselas.